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-sería mejor que
subamos por el árbol, así puedo limpiarte la herida en el baño y nadie sabrá lo
que pasó-me dice Finn, yo asiento medio distraída y empezamos a subir. Al llegar
me lleva al baño, me limpia la herida con un paño húmedo y nos sentamos en la
cama, yo me acurruco a su lado y él me rodea con sus brazos.
-¿podrías decirme ahora lo que pasó en realidad?-me pide apartándose
para mirarme a los ojos, noto un pequeño tono de exigencia en su voz
-vale-contesto y me empiezo a inventar una historia- ese
agente era el mismo que intentó ahogarme, e intentó adentrarme en la jungla,
pero se distrajo con algo y me escapé, esa herida me la hizo antes de empezar a
caminar a fuera del distrito, creo que no fue una buena idea escupirle-no es
muy brillante pero se la cree.
-¿Qué tú le escupiste? Eso me cuesta creerlo-me contesta
entre risas.
-¿Por qué?
-eres muy inocente
-no lo creas-le digo, la verdad no tiene idea de lo que va a
pasar, al menos voy un paso adelante que él, al pensar eso se me escapa una
risita.
-está bien, pero no te vuelvo a dejar sola.
-¡hey!-protesto- pude arreglármelas solita, que conste.
-vale vale, ven aquí bonita-dice acercándome de nuevo a él,
no me está tomando en serio, si supiera lo que pasó no creería lo mismo.
-mejor bajemos, ya me está dando hambre.
-¿Qué quieres cenar?-me pregunta sonriente.
-no tengo idea.
-¿Jaibas?
-vale.
Me toma de la mano y me sienta en la mesa, encontramos una
nota de mi madre, donde dice que todos se fueron a la playa para dejarnos
solos, sonrío, me levanto, me voy a la cocina y le muestro la nota a Finn que
está preparando las jaibas, o lo que creo serán las jaibas.
-está bien, pero siéntate-dice con dulzura, sé que trata de
ocultarme algo, lo obedezco y me voy al comedor, espero un rato y luego Finn me
besa la mejilla y me deja un plato frente a mí, no era jaiba es langosta, la
verdad me encanta el sabor, pero estoy algo extrañada porque desde hace un
tiempo que la langosta se come aquí solo en ocasiones especiales, pienso todo
eso en unos segundos hasta que Finn me susurra al odio:
-Feliz día de san Valentín-claro, hoy estamos a 14 de
febrero, el día de san Valentín, me llena de alegría la importancia que le pone
a pesar de que estamos juntos desde un par de días, me giro y le doy un abrazo.
-te amo, te amo, te amo-le digo muy contenta.
-qué bueno que estas tan contenta Bonita, suerte que lo
tenía planeado, con el día difícil que has tenido.
-pues hiciste que se me olvidara todo lo malo- le respondo y
luego lo suelto para que se siente junto a mí.
-espero que te guste-dice y ambos empezamos a comer, está
deliciosa.
-eres un muy buen cocinero-le digo al terminar.
-solo cuando se trata de marisco, en el resto soy un
desastre-me responde con una sonrisa de oreja a oreja, nos vamos al jardín, nos
sentamos en el césped y me acurruco junto a él como hace un rato, en vez de abrazarme
toma mi cara entre sus manos y me besa, a pesar de todo lo malo que sucedió
hoy, está siendo uno de los mejores días de mi vida, nos separamos para
respirar y entonces apoyo mi cabeza en su pecho mientras que él desliza sus
dedos por mi pelo.
-te amo-le susurro y observo como él sonríe. Nos quedamos
así hasta que llegan todos, la verdad tengo bastante sueño así que Finn me
acompaña a mi cuarto, me pongo mi camisón favorito (es de un color verde que
recuerda al bosque) y me duermo.
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