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Narra Rue:
Abro los ojos y observo a mi alrededor, estoy completamente
sola, no veo ni rastro de mi mentor, me pongo de pie y busco por todo nuestro
escondite algo que me dé una pista de por qué se fue, mientras busco me voy
dando cuenta de que no fue buena idea quedarnos aquí, Jared ya conoce la
ubicación de nuestro campamento y si me dejó vivir una vez estoy segura que eso
no se va a repetir, además, si viene en algún momento en que Seth esté aquí no
dudaría en matarlo… ¿Y si eso es lo que sucedió? ¿Si mi mentor está muerto? Me
voy desesperando y busco cada vez con más prisa, tratando de asegurarme que
Seth está a salvo. Esa esperanza se me viene abajo cuando encuentro su cuchillo
y sus lanzas hechas a mano tirados descuidadamente en el piso, si hubiera ido a
cazar habría llevado sus armas, tomo mi tridente, guardo el botiquín y una
botella de agua en una mochila y salgo en busca de mi amigo.
Camino oculta por las sombras, si Seth está en peligro lo
mejor es el elemento sorpresa, por ejemplo si lo acechara un muto, mientras más
oculta esté más probable será que lo mate sin que le haga daño a mi mentor.
Pronto me empiezo a preocupar al no encontrar nada que me ayude a averiguar dónde
está, olvido todo sigilo y corro por el bosque gritando su nombre, no recibo
ninguna respuesta. Me doy cuenta de que avanzo en dirección a unas montañas,
pienso que a mi mentor no le gustan esos lugares, incluso les teme a todo tipo
de montaña, vete a saber por qué, y por ningún motivo iría en esa dirección.
Doy media vuelta, ahora en dirección a la cornucopia, y corro con todas mis
fuerzas, me tardo un par de horas en llegar y termino agotada, por suerte me
oculto tras unos arbustos antes de quedar a la vista de cualquier tributo y
observo con atención todo el lugar, entre unos árboles puedo ver dos figuras
que reconozco al instante, mi ex amigo Jared y mi mentor Seth, este último
tiene las manos atadas y una cuerda le rodea el cuello, conozco a Jared pero no
sé porque aún no ha matado a mi mentor, que de por cierto está bastante débil,
lo único que de verdad sé es que Jared trama algo, no puedo evitar avanzar en
dirección de ambos, que no se percatan de mi presencia, vuelvo a ocultarme
entre las sombras y avanzo poco a poco, no tengo la menor idea de lo que voy a
hacer cuando llegue pero debo ayudar a Seth. Cuando estoy a solo un par de
metros de ambos mi mentor parece percatarse de mi presencia, me observa
fijamente, sé perfectamente lo que intenta decirme, que vuelva a nuestro
campamento, que lo deje en manos de ese traidor, pero no voy a hacerlo, me
abalanzo sobre Jared e intento herirlo con el tridente, pero él tira de una
cuerda que yo no había visto y mi amigo empieza a colgar de un árbol. La ira me
consume y tiro a Jared a unos quince metros de mí, saco el cuchillo y corto la
cuerda que le está quitando la vida a Seth, él cae a mis pies sin dejar de
toser, me agacho y quito la cuerda de su cuello, no puede hacerle mucho daño
ahora que mi amigo no cuelga del árbol pero esa maldita cuerda es un estorbo.
Seth, que ya ha recuperado la respiración desliza una de sus manos por mi pelo
y susurra un gracias, yo le acaricio la mejilla, aún con preocupación, lo ayudo
a levantarse y él apoya prácticamente todo su peso sobre mí, le dedico una
pequeña sonrisa y empiezo a pensar en un nuevo escondite, entonces mi amigo me
arroja al piso y toma el cuchillo, no logro ver lo que sucede en el momento
pero unos segundos después observo a Jared en el piso con una herida en el
estomago, no es fatal, pero con la ayuda del golpe que se dio contra una roca
bastó para dejarlo inconsciente, Seth también está en el piso, pero en mucho
mejor estado que mi ex amigo, me acerco a mi mentor y lo abrazo, noto como me
sujeta con fuerza.
— Estuvo a punto de matarte, no debiste haber venido.
— Y a ti te colgó de un árbol, te estabas quedando sin
respiración— Solo pensar que pude haberlo perdido me hace llorar.
— Rue cálmate, te prometo que todo va a estar bien.
— P-pero…
— Pero nada, ahora busquemos otro refugio, no es buena idea
estar aquí cuando despierte.
— T-tienes razón.
— Vamos, arriba.
Ambos nos levantamos y empezamos a caminar, presto mucha
atención tratando de encontrar un buen refugio, Seth me toma de la cintura y me
lleva hasta un buen escondite, un pequeño refugio formado por varios árboles en
forma de arco, si decido subir hasta las ramas más altas podría observar hacia
afuera pero es imposible que alguien, o más bien Jared, nos encuentre aquí.
— Rue…
— ¿Si?— Me vuelvo hacia Seth al escuchar el tono cargado de
dolor de su voz.
— ¿Por qué me buscaste cuando de diste cuenta de que algo
pasaba?
— No podía dejar que alguien te lastimara ¿Querías que no te
buscara?
— La verdad sí, solo te pusiste en peligro.
— Eso no me importa, no voy a dejar que algo te pase, tú no
tendrías por qué estar aquí.
— Pero aquí estoy, Rue te suplico que dejes de preocuparte
por mí, soy solo un estorbo.
— No es cierto, tú eres una de las pocas personas en las que
puedo confiar y… y no quiero perderte.
Seth me observa mientras bajo la mirada intentando no llorar
con el pensamiento de perderlo, no logro mucho y unas cuantas lágrimas
silenciosas ruedan por mis mejillas, Seth me abraza con fuerza y me acaricia el
pelo, lo que no hace nada más que aumentar mis lágrimas, rodeo su cuello con
mis delgados brazos y sigo llorando apegada a su pecho. No me separo de mi mentor durante un par de
horas, entonces él me dedica una sonrisa y desaparece de nuestro escondite
después de decirme que irá por las provisiones que dejamos en el campamento.
Después de bastante tiempo Seth vuelve completamente cargado, trae una de
nuestras mochilas y lleva colgada al cuello la carne de las serpientes.
— ¡Había olvidado las serpientes! Déjame ayudarte— Le digo
mientras quito la mitad de la carne de su cuello y la dejo sobre una roca,
vuelvo a repetir la acción con la otra mitad.
— Gracias.
— Me hubieras dicho lo de las serpientes, últimamente estoy
perdida en mi mundo.
— No eres la única— Al decir esto me acaricia el pelo y no
sé porque me ruborizo, esto es normal entre los dos, puedo ver su sonrisa de
siempre y le devuelvo el gesto.
— Debería subir a un árbol, podré observar lo que nos rodea,
debemos buscar una fuente de agua.
— Está bien.
Me doy cuenta de que no hay ningún árbol con la ramas lo
suficientemente bajas para que pueda escalarlo, Seth me sujeta de la cintura y
me ayuda a subir, escalo oculta por las ramas hasta llegar a la copa del árbol,
desde aquí tengo una buena vista del lugar que nos rodea, a lo lejos observo
nuestro antiguo campamento, en el lado opuesto la cornucopia, estamos en medio
de los lugares pero no me preocupo, la cercanía y las ramas de los árboles nos
dan un buen escondite, es imposible que nos encuentren, observo a mi derecha si
caminamos un poco cuesta arriba encontraremos un lago, apenas logro divisarlo,
está muy bien oculto, aunque a Seth no le gustaría la idea de ir hacia allá,
sigo observando hasta que noto un fuerte dolor en la cabeza, justo en el punto
en que me golpee contra una roca cuando Jared me empujó, antes de matar a Boggs
y Pervinca. Cierro los ojos y apoyo la frente en la corteza del árbol, sin
poder moverme por culpa del dolor, escucho a Seth llamarme y como no le respondo
noto como sube hasta mi altura, apoya su mano en mi mejilla y luego me sujeta
con uno de sus brazos mientras bajamos, no hago más que acurrucarme contra su
pecho, Seth intenta recostarme sobre la hierba pero no me separo de él. Vuelvo
a quedarme dormida y desde entonces mis días en la arena se vuelven iguales,
ambos salimos a cazar, a llenar las botellas en el lago que pude observar y
tratamos de mantenernos en nuestro escondite, aunque yo no dejo de dormir, las
semana van pasando y por cada día al que sobrevivimos hago un corte en el tronco del
árbol que escalé, cuando ya son veintiún cortes escuchamos un cañonazo.
— ¿Cuántos tributos quedan?— pregunta Seth, hace unos días nos
avisaron que él no está incluido en la cuenta de tributos que lleva cada uno de
los pequeños relojes, observo el mío y por unos momentos no aparto la vista del
número.
— Dos.
— Entonces quédate aquí.
— ¿Por qué?
— Te dije que ibas a ganar y como no puedes matar a Jared lo
haré yo.
— Seth no te vayas.
— Volveré pronto, lo juro.
Me aferro a su brazo en un intento desesperado de evitar que
se aleje de mí.
— No quiero que Jared te haga daño.
— Y no lo hará, pero quédate aquí.
Mi mentor desaparece de mi vista y yo cojo el tridente y lo
sigo, me aseguro de que no se percate de mi presencia y de no perderle el paso,
no tardamos mucho en llegar hasta la cornucopia donde se encuentra el asesino
de los pequeños, que mira a Seth con odio y se acerca con un hacha para matarlo,
no controlo lo que hago, arrojo a mi mentor lejos de nosotros, noto como
intenta levantarse pero hace una mueca de dolor y vuelve a caer al piso, por
favor que no le haya roto la pierna, mi mentor ahora está indefenso y tengo que
defenderlo, sujeto a Jared con fuerza.
— ¡Los tributos somos tú y yo así que no te le acerques!— Le
grito hecha una furia, le pego un empujón aunque tropiezo tras él y rodamos
hasta la jungla, sé que no puedo matarlo, clavo el tridente en el piso y veo su
hacha a un par de metros detrás de mí, se la entrego— Sabes que no voy a
matarte, pues felicidades vencedor por matar a unos niños pequeños, la verdad
ninguno de los dos merecía estar aquí pero seguimos vivos, es hora de que
termines tu trabajo.
— Rue…
— Mátame de una vez, no quiero hablar contigo, te odio.
— No voy a matarte, yo sabía desde el principio que no
podrías matar a Boggs y Pervinca y quería que tú fueras la vencedora— al decir
eso levante el hacha y se golpea el estomago con la hoja, la sangre empieza a
manchar su camiseta y cae de rodillas, no puedo creerlo, mató a todos esos
niños por mí, para que yo ganara, hago que apoye su cabeza en mi regazo y
sujeto su mano mientras me mira directo a los ojos—, lamento haberlos matado,
pero no podía saber que si uno de ellos vivía sería porque diste tu vida para
que saliera de aquí.
— No puedo creer que hayas hecho todo esto por mí.
— Lo hice porque te amo y sé que tú no sientes lo mismo así
que lo mejor para mí es morir, solo hazme una promesa; asegúrate de que el
Capitolio no vuelva a levantarse nunca.
— Me encargaré de eso, te lo juro.
Una sonrisa cruza su rostro, noto como ya no se aferra a mi
mano y pronto escucho su cañonazo, luego las trompetas y la voz de Lies Wesel
con la frase que ninguna persona en Panem pensó escuchar.
— ¡Damas y caballeros les presento a la vencedora de los septuagésimos
sextos juegos del hambre, Rue Mellark!
Me quedo en el piso, junto al cadáver de Jared mi mejor
amigo cuando era pequeña, la persona que dio su vida por mí y que mató a dos
niños a los que quería como hermanos para evitar que yo tuviera que hacerlo, el
chico que se arrepintió de lo que hizo mal mientras fuimos novios y me pidió
una oportunidad y yo… yo no se la di. Escucho unos pasos y me giro para ver a
Seth, me doy cuenta de que no está herido, no lo he lastimado, corro hacia sus
brazos con lágrimas en los ojos.
— Tranquila, pronto saldrás de aquí.
— Seth, él mató a Boggs y Vi para que yo no tuviera que
soportar hacerlo y… se suicidó.
— Lo siento.
— No es tu culpa.
— Rue sube a un aerodeslizador.
Observo dos aerodeslizadores, uno repleto de gente del
Capitolio y agentes de la paz y otro de médicos, observo el arco y las flechas
de mi madre en el cadáver de mi antiguo amigo, con cuidado le quito ambas cosas
de encima, cargo una flecha explosiva en el arco y estoy a punto de disparar al
aerodeslizador pero Seth me detiene.
— Créeme, no vas a querer saber lo que es matar personas.
— Tienes razón.
— Ahora sube.
Tiro de mi mentor hasta el aerodeslizador con los médicos y
subimos, no sin que antes yo recoja el tridente y me asegure de llevarme el
arco y las flechas, algunas personas se me acercan pero los aparto a empujones,
Seth me abraza y me siento alegre de tener a alguien que me dé su apoyo pero
aún así quiero encerrarme y desaparecer del mundo, no soy consciente de lo que
sucede hasta que llegamos al centro de entrenamiento, me topo con Annie y
Cinna, abrazo a ambos pero en cuanto me acerco a la primera me echo a llorar,
ella intenta calmarme, no consigue mucho por lo que me voy a mi habitación y me
encierro con llave, sé que mi mentor aún así podría entrar así que muevo un
mueble y lo sitúo junto a la puerta, escucho unos golpes y a Seth llamarme a
gritos, intenta abrir la puerta pero no consigue nada.
— ¡Rue déjame entrar, por favor!
— Quiero estar sola.
— ¿Acaso ya no confías en mi para ayudarte cuando te sientes
mal? ¿Ya no soy tu amigo?
Me levanto de la cama y muevo el mueble, Seth entra, me abraza y me lleva a cenar, guardo silencio
todo el tiempo y cuando estamos a punto de ir a dormir guardo un cuchillo de
carne sin que ni Annie, ni Cinna ni Octavia ni mi mentor se den cuenta, Seth me
deja quedarme sola a regañadientes y me encierro en mi habitación, me cubro con
las sabanas y empiezo a hacer cortes en mis brazos y muñecas, después de unas
horas sangrando apenas puedo mantener los ojos abiertos por lo debilitada que
estoy, logro sacar fuerzas y llamo a mi mentor, él llega corriendo, al ver que
no respondo me quita las mantas y su atención se dirige a mis brazos y al
cuchillo en mis manos.
— ¡Rue!—grita— ¿Por qué te cortaste?
Con ese grito pronto llegan Annie, Cinna y Octavua, Annie y Octavia se me acercan
y me alejan de Seth, quien se desespera y termina llevándome en sus brazos
hasta debajo del centro de entrenamiento, al hospital, no soy consciente de lo
que me hacen allí, solo sé que mi mentor no se separa ni por un segundo de mí,
después de pasar por varios lugares y ver las caras llenas de rencor y odio de
los doctores me quedo en reposo sola con Seth, él me ayuda a sentarme y baja la
mirada.
—No debí dejarte sola, sabía perfectamente que estabas
afectada por lo que sucedió en la arena, Rue, te suplico que no lo vuelvas a
hacer, si algo te pasa, no podría soportarlo.
— Aún no entiendo porque me cuidas siempre, ni porque nunca
me dejas sola.
Seth logra mirarme a los ojos.
— Hago…todo lo que puedo para… protegerte porque… Porque te
amo.
Seth lleva sus manos a mi cintura , entonces nuestros labios se unen, en un beso amargo, lleno de tristeza
pero, aunque nunca lo habría creído, cargado de amor, me sorprendo a mi misma
llevando una de mis manos a su pelo y la otra a su cuello, devolviéndole el beso… no quisiera que este
momento terminara nunca pero debemos separarnos para respirar y sin pensarlo
acaricio su rostro y digo algo que no había pensado hasta ahora.
— Yo también te amo, Seth.
El chico del que acabo de descubrir que estoy enamorada me
dedica una sonrisa con un poco de alivio y deposita un pequeño beso en mis
labios, hace que me recueste y me arropa con las sabanas.
— Hora de dormir, pequeña.
— Lo sé, pero de vez en cuando lo pareces.
— No puedo discutir eso.
— Vale, trata de dormir.
— Solo si te quedas conmigo.
— Lo prometo.
Cierro los ojos sintiendo su mano sujetar con delicadeza la
mía y me dejo llevar por el sueño y la seguridad por la compañía de Seth.
Waouh sin palabras *_* Me encantó.
ResponderEliminarGenial capitulo. Lo de Jared me ha dado un poco de pena, pero me alegro que tanto Rue como Seth se queden juntos. Espero que hagas mas capitulos e.e
ResponderEliminarBesos Anabel :)