Ahora sí les dejo el capitulo, en unos días traigo las fichas de los personajes.
y como siempre comenten por favor
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Esta es la mansion |
Abro los ojos topándome con la imagen de mi cuarto de
hospital, anoche estaba completamente concentrada en mi mentor para fijarme en
el aspecto del lugar que me rodea, una pequeña habitación bastante sencilla, de
paredes completamente blancas y un piso encerado, estoy sobre una cama de
sabanas blancas y mantas de un tono grisáceo como los ojos de mi madre, el tío
Gale, Debrah y como eran los ojos de Boggs y Vi. Al pensar en ellos las
lágrimas vuelven a amenazar con deslizarse por mis mejillas y me viene el deseo
de tener un cuchillo para volver a cortarme como ayer, me levanto para ir por
un cuchillo cuando observo a Seth dormido sobre un silla, los últimos momentos
antes de dormirme me vienen a la mente, en especial el beso, no creo que mi
mentor este en una posición muy cómoda así que me acerco a él e intento moverlo
sin despertarlo, no me funciona y abre los ojos poco a poco.
— Buenos días dormilón.
el vestido de Rue |
— Hola pequeña— Se acerca a mí y me da un pequeño beso.
— Te dije que no soy tan pequeña.
Seth solamente me sonríe y se pone de pie, doy un paso
vacilante hacia él y me dejo caer en sus brazos, noto como me acaricia el pelo
y no puedo evitar que se me escape una sonrisa.
— Rue… ¿Lo que dijiste anoche era verdad?
— ¿Qué cosa?
— Pues… que tú… me amas.
Nuestros ojos se encuentran y yo
poso mi mano en su mejilla.
— ¿Por qué lo dudas?
— Si tomamos en cuenta que
estuviste en los juegos por el hijo de Odair tengo bastantes motivos para
dudar.
Finn. No había pensado en Finn
desde que salí de la arena, lo único que pensaba era en lo culpable que me
sentía y luego en que de verdad amo a mi mentor, pero… ¿Qué siento ahora por
Finn? Al recordarlo mi corazón vuelve a latir fuertemente pero al alzar la
vista a Seth siento como me aprieta el pecho, me muerdo el labio sin siquiera
pensarlo y los latidos de cuando pienso en Finn aumentan cada vez más ¿Qué me
sucede? “Estas enamorada” mi subconsciente me entrega esa respuesta, acompañado
del recuerdo de un merengue que bailé junto con Finn antes de que todo esto
empezara.
— ¿Es verdad que me amas?— Seth
repite la pregunta, beso sus labios.
— Te amo, Seth, todo lo que dije
anoche era verdad.
— Bueno pequeña, hoy tienes muchas
cosas por hacer.
— ¿Qué cosas?
— Primero tienes que ir a casa de
mi padre para una especie de almuerzo con la vencedora, solo una cosa, ten cuidado.
— ¿No vas a ir conmigo?
— Claro que sí, pero aun así
podrían lastimarte.
— Vale ¿Qué otra cosa?
—Esto es más normal, ver el video
de los juegos.
— ¿Y las partes en que Boggs, Vi y
Jared…?
Seth solo asiente y me mira con
tristeza.
— Creo que podré soportarlo y ¿Qué
más?
— Una cena de nuevo en casa de mi
padre, con muchas de las nuevas autoridades de Panem. Eso es todo.
— Vale.
Seth me lleva de vuelta a la
planta número cuatro y me deja en la puerta de mi habitación, no sin antes
suplicarme que no haga ninguna locura. Me visto con un vestido celeste sin
mangas, ajustado hasta la cintura y luego la falda simula el oleaje de la playa
del distrito cuatro, Finn viaja hasta mis pensamientos, no sé qué decirle,
estoy segura de que amo a Seth pero no quiero hacerle daño a Finn. Cuando ya
estoy vestida tocan a la puerta.
— Pase.
— Hola pequeña—Me susurra Seth y
me besa, luego me pone el collar que me dio Finn, lo miro extrañada—. Sé que es
muy importante para ti.
— Gracias.
— Estás hermosa.
El calor sube hasta mis mejillas y
agacho la cabeza con una sonrisita dibujada en mi rostro, Seth me levanta la
barbilla con delicadeza, transmitiéndome calor y todo su cariño, siento como un
escalofrío me recorre todo el cuerpo. Nos miramos a los ojos por unos segundos
y luego nuestros labios se funden en un beso lleno de ternura, Seth lleva una
de sus manos a mi cintura y la otra a mi rostro, yo descanso mis dos manos sobre
su pecho. Nos debemos separar por la falta de aire, ambos nos sonreímos y
salimos de la habitación tomados de las manos. Al llegar al salón Annie nos
está esperando con una sonrisa, al verme me da un abrazo.
— De verdad tenías a todo el mundo
preocupado, Rue.
— Lo siento, no fue una muy buena
idea.
Annie me sonríe cuando se percata
de que Seth y yo estamos unidos por nuestras manos, por un momento enarca una
ceja pero vuelve a su sonrisa, Seth me pone un mechón de pelo detrás de mi
oreja y me besa la mejilla.
— Hora de irnos, pequeña.
— Está bien.
Estoy a punto de bajar de la planta número
cuatro para ir hasta la mansión de los Snow acompañada de Seth cuando
escuchamos el sonido del elevador, enseguida reconozco la voz de mi padre.
— Hola Ann… ¿Qué sucede aquí?
— ¡Papá! pensé que estarías en el
distrito cuatro, o en el doce…
Me suelto de la mano de Seth para
abrazar a mi padre pero él me sujeta por los hombros.
— ¿Qué pasa, Rue? ¿Qué haces con el hijo de Hades Snow?
— Bueno papá, verás, Seth y yo…—Me
invaden los nervios, nunca mi padre se ha comportado así, Seth se me acerca y
me da un abrazo.
— ¡Tu, aléjate de mi hija!
— Señor Mellark amo a Rue más que
a nada en el mundo, no podría vivir sin ella.
— ¡No vuelvas a repetir eso y
suelta a Rue!
— ¿Qué tiene de malo que ame a
Seth? Él no te ha hecho nada.
— ¿Y qué hay de Finn? ¿Ya lo
olvidaste?
— Papá déjame explicarte…
— ¡No hay nada que explicar, ahora
apártate de ese imbécil!
— ¡Que yo sepa no lo odiabas
cuando hizo todo lo que estaba en sus manos para que pudieras verme antes de la
arena!
— ¡Entiende que solo te va a
lastimar, después de todo es un Snow!
— ¿¡Y eso qué!?— Estoy empezando a
gritar, Seth acaricia mi cabello para calmarme, más no consigue nada— ¡No es su
culpa ser nieto de Coriolanus!
— ¡Eso no lo hace diferente al
resto de su familia!
— Señor Mellark, juro que Rue es
lo único que de verdad me importa y daría mi vida por ella—Seth dice esto
mientras sujeta con fuerza y cariño mi mano.
— ¡No me vas a engañar con eso!
— ¡Papa ya basta, Seth nunca haría
nada para lastimarme, lo único que ha hecho es protegerme desde que lo conozco!
Seth apoya suavemente su mano en
mi cintura, dándome un poco de seguridad, Annie viene en nuestra ayuda.
— Peeta deberías pensarlo mejor, llama
a Katniss y arreglen esto entre los dos, pero ahora lo mejor es que Rue y Seth
vayan a la mansión de Hades, si no lo hacen Rue puede tener bastantes
problemas.
Seth me dedica una triste sonrisa
y yo tiro de él hasta el elevador, donde le rodeo el cuello con mis brazos y
apoyo mi cabeza en su pecho.
— Lamento haberte causado
problemas con tu padre, pequeña.
— Eso no importa Seth, lo único
que de verdad importa es que te amo y nadie va a cambiar eso.
Salimos del centro de
entrenamiento y subimos a un coche durante todo el camino nos quedamos sumidos
en un agradable silencio hasta llegar hasta la mansión del padre de Seth, mi
amigo da un pequeño suspiro y me ayuda a bajar del coche en el que viajamos, le
dedico una gran sonrisa y caminamos hasta el interior de la mansión.
— Pase usted, señorita Mellark.
— Muchas gracias, caballero.
Entramos a la gran mansión, no
observo mucho el decorado y solo me percato de los espaciosa que es, los tonos
madera del techo y del piso y de el gran balcón en el fondo del vestíbulo,
observo a un chico de cabellos rizados de un tono castaño claro y ojos grises,
vuelvo a recordar a Boggs y Pervinca. Seth se acerca al muchacho que acabo de
ver y lo saluda animadamente, luego me hace señas para que yo también me
acerque, estoy a punto de hacerlo cuando una voz me pone los pelos de punta.
— ¡Hace tanto tiempo que no veía a mis dos hijos en un mismo
lugar!
Alzo la vista hacia el balcón y allí aparece Hades Snow, con
una sonrisa sádica dibujada en su rostro, su mirada pasa de Seth y su hermano
hasta mí, me observa con frialdad por unos cuantos segundos, tratando de
descifrar cuánto daño me ha hecho. Mantengo una expresión calmada, respiro
tranquilamente y evito que mis músculos se tenses, sin embargo Hades consigue
ver algo en mis ojos y su sonrisa aumenta, mostrando una gran satisfacción. Puedo
sentir unas manos sobre mis hombros y escuchar los susurros de Seth.
— Tranquila, pequeña, no voy a dejar que te haga daño.
— Ya lo hizo.
Seth hace que me gira y me
estrecha entre sus fuertes brazos, enseguida noto su respiración en mi cuello y
no puedo evitar un pequeña sonrisa a pesar de la tensión que se respira en el
ambiente, me aparto un poco de Seth y vuelvo a observar a su padre, concentro
todo el odio que le tengo en mi mirada, por la muerte de los pequeños, por
convertir a Jared en un asesino, porque sigo viva mientras ellos ya no están.
— Rue, que alegría verte a salvo y
junto a mi hijo mayor. Toma asiento, hora de almorzar.
— Sería un gusto, aunque
preferiría inyectarme un antídoto contra el veneno de serpiente antes ¿Cuál ha
elegido? ¿Una diamante del oeste o una coral? ¿Una Mamba negra o una víbora?
¿Tal vez una cobra real o filipina?
— Puedes comer tranquila, no me
gusta usar las mismas armes de mi padre.
— ¿De la víbora de Coriolanus?
— Si quieres puedes llamarlo así.
— Cada vez me voy asegurando de
qué va a ser muy fácil derrocarlo, por ejemplo Coriolanus no me mantendría
viva.
— Pues él no habría visto tu
potencial.
— ¿Potencial?
— Claro ¿Recuerdas la pequeña
negociación en la que acordamos que tu hermano y Finn Odair estarían a salvo de
por vida si eras la tributo de mis juegos?— Asiento—. Pues demostraste tener
una cabeza bastante fría, no te dejas llevar por la desesperación y eso es muy
interesante.
— Con mayor razón, no querrá que
use ese potencial para ayudar a los distritos.
— He encontrado una manera de que
me ayudes a mí.
— No lo creo.
— Relájate, disfruta de la comida
y después te explicaré.
Lo miro con odio pero me siento en
una gran mesa repleta de exquisitos
manjares, Seth toma asiento junto a mí, durante toda la comida trato de mantener
la compostura, aunque Effie no me dijo que hacer cuando estás en un almuerzo
con la persona que más odias y que es el responsable de la muerte de gente muy importante
para ti cuando me enseñaba el manual de carreño. Al finalizar el almuerzo todos
nos levantamos y Hades me ofrece un brazo con un gesto burlón, Seth intenta
acercarse a nosotros pero le sonrío para infundirle confianza y acepto el brazo
que me ofrece su padre, mi amigo intenta llevarme consigo pero llegan unos
agentes de la paz y lo sujetan, Hades se acerca a mi oído.
— Nada le pasará si no intentas
nada ¿Escuchaste?
— Sí, escuche.
— Buena chica, ahora ¿Te gustaría
visitar el jardín?
Dejo que Hades me guíe por la
mansión como si se tratara de un amigo de toda la vida, alguien que no me haría
daño, alguien en quien confiara para todo “Pero dudaste de Jaread, desconfiaste
de él” Mi conciencia me repite lo que le hice y un nudo se apodera de mi garganta.
— Bueno Rue, me di cuanta de
cuanto te importa mi hijo mayor.
— Usted no puede saber lo
importante que es Seth en mi vida, nunca imaginaría lo que siento por él.
— Tal vez no lo sepa, pero cuando
te diste cuanta de que lo había tortura supe que te importa lo suficiente para
mis propósitos.
— No puedo creer que sea tan cruel
como para poder hacerle daño a su propio hijo.
— Deberías creerlo porque su
seguridad depende solo de ti.
— ¿Qué debo hacer para que no lo
lastime?
— Actúas tal como me imaginaba, me
serás muy útil.
No soporto más escuchar cómo se
regodea de su victoria, lo empujo contra una pared y ubico mi brazo sobre su
cuello, impidiéndole la respiración.
— Pobre chica ingenua, ahora mismo
lo agentes que están junto a Seth observan cada uno de tus movimientos, espero
que no te sorprenda el estado en que lo encontraras.
Esas palabras son como cuchillos
atravesando mi piel, me separo instantáneamente de él y corro hasta el salón
principal donde están Seth, su hermano y los agentes de la paz, descubro a una
de estos últimos con un cuchillo a poco centímetros del pecho de Seth, otro
sujeta a su hermano y a una chica de cabellos oscuros y figura esbelta, no me
preocupo mucho del ambiente y me concentro en Seth, ninguno de los agente me ha
visto, observo la mesa sin cubiertos, sin tazas ni vasos, ni platos, sin nada,
solo en mantel. Avanzo unos poco pasos hasta llegar a la mesa, sujeto el mantel
de seda blanca entre mis manos y en un rápido movimiento lo envuelvo en la
cabeza del agente, que va perdiendo el aire, lo aparto y me acerco a Seth.
— ¿Qué te hicieron? Lo lamento,
todo esto es mi culpa, soy una completa…
— Pequeña estoy bien, cálmate.
Tomo el cuchillo del agente que sujetaba
a mi amigo y lo uso para amenazar al agente que sujeta al hermano de Seth y a
la chica. Mi amigo, más bien creo que se ha convertido en mi novio, me saca de
la mansión y me ayuda a subir al coche, comparte un par de palabras con su
hermano y termina subiendo junto a mí en la parte trasera del auto, en el
asiento del copiloto se sienta la chica que vi hace unos momentos, el coche
arranca y Seth se encarga de presentarnos.
— Rue, ella es Mengana Coin, la
novia de mi hermano.
— Megan— Le corrige ella.
— Tu nombre es Mengana.
—Pero me gusta que me llamen
Megan.
— Vale—Seth resopla—, Megan ella
es Rue, mi…
— Su novia—Termino la oración por
Seth mientras le dedico a este una gran sonrisa y me acurruco junto a él, Megan
nos observa por el espejo retrovisor.
— Al fin, Seth, a Harry ya le
preocupaba que algo estuviera mal contigo.
— Claro, como para ustedes dos
todo es amor, si llevan juntos ¿Siete años?
— Si, siete, estamos juntos desde
los nueve. Aunque dime que ahora que POR FIN te enamoraste no todo gira en
torno a Rue.
— Bueno…si.
— Te dije.
— ¿Segura de que no eres tú su
hermana? Se comportan como si lo fueran.
— Bueno, somos amigos desde los
cinco y ese tonto me ayudó con Harry, aún no sé cómo.
— Espera ¿Seth ayudando en una
relación?— La idea me hace reír— ¡Tiene que ser una broma!
— No lo es, aunque no puedo creer
que eso pasó.
— Ya basta de reírse a mi costa
las dos, que ya llegamos.
— ¿Al centro de entrenamiento?
¿Tan rápido?
— Si, dudo que con tanta charla se
dieran cuenta.
— Es tu culpa por presentarme a
Rue, sabes que nunca paro de hablar.
Los tres bajamos del automóvil y
caminamos hasta el interior del centro de entrenamiento, al subir a la planta
número cuatro observo como Annie saluda a Megan y la conduce hasta una
habitación, Seth y yo caminamos hasta la sala con las manos entrelazadas hasta
que me congelo al ver a dos personas que solo pueden significar una cosa, que
tengo problemas.
Sentados en un sofá están esperándome
mis padres.
¡Hola!
ResponderEliminarMe pasaba por aquí para decirte que te he nominado a un premio. Pásate por mi blog en cuanto puedas :)
Saludos.
Noelia Mellark
http://dandelionmellark.blogspot.com.es/2013/09/blogs-encadenados.html
Hola!! Me pasaba para decirte que te he nomimado a un premio en mi blog, pasate cuando puedas :)
ResponderEliminarhttp://elprimervasallaje.bogspot.com/
Besos!! :)
Hoola :) Te he nominado a un premio en mi blog. Pásate cuando puedas :)
ResponderEliminarhttp://desperateknifeclove.blogspot.com.es/2013/09/blog-encadenado-lovely-blog-award-best.html
PD: el capítulo es genial y perfecto como todos los demás :) espero el siguiente.