¡Hola tributos! Bueno...no me maten ¿Si? Se que este capitulo es muy triste pero ¡tenia que escribirlo! tambien lamento que sea tan corto pero voy a tratar de subir otro el domingo ¿Vale?
em...no se que decir ahora, aparte de que el hecho de estar escuchando muchas canciones un poco deprimentes de envanescence ha afectado un poco el capitulo si poco, eso no se lo cree ni Effie
vale, hasta pronto
besos, panes quemados y azucarillos
no, Rue no esta muerta. Soy mala pero no tanto |
Algo sucede, algo muy malo, estoy
segura. Mi intuición femenina nunca ha fallado y esta es una de las veces en
que me ataca asegurándome que pasa algo grave ¿Pero qué puede pasar? Mis padres
esta vez sí que están en un refugio, junto con mi hermano, Finn, Annie y todos
los vencedores que participaron en la rebelión ¿Cómo lo sé? Megan y Harry
estaban esperándonos en cuanto llegamos, al parecer viajaron en unos
mini-aerodeslizadores que son el doble de rápidos, ellos dos me han estado
informando. Las únicas personas desprotegidas son el tío Gale y…nadie más,
Debrah está en el refugio con los demás. Pero el tío Gale no está en peligro,
mi instinto me lo dice. Es otra persona, pero no sé quién puede ser ¡Maldita
sea, lo más importante no me lo dice esta maldita intuición! Ahora, por culpa
de ese maldito presentimiento, no he podido dormir desde ¿Un mes, quizás? Además
estos últimos días he estado de un humor de perros, el único que me soporta es
Seth, mi amado esposo.
El amor de mi vida, sigo siendo la
chica cursi de mi boda, y yo estamos en la mansión de mi suegro, como detesto
llamarlo así, desde hace tres horribles meses. Cada vez que me encuentro con
Hades me pongo agresiva y estoy un par de días con mal genio, lo que es raro
porque nunca había sido así de exagerada. También me estoy volviendo bipolar,
un segundo soy la chica más feliz del mundo y al siguiente puedo estar arrojándole
mi tridente, el que era de Finnick Odair, a cualquier agente de la paz
desprevenido. Me siento impotente, mientras yo estoy aquí, viviendo con Seth y
soportando a los imbéciles de Hades y Coriolanus, mis padres están ocultos en
un refugio con la mayoría de mis seres queridos ¡Y para empeorar las cosas el
resto de Panem esta aterrado y Hades los hace casi morir de hambre! Muchas
veces he puesto veneno en las copas de los dos más viejos de la familia Snow,
pero no da resultado ¡Beben y beben el maldito antídoto desde que se hicieron
con el poder!
En estos momentos debería estar en
una gira de la victoria, pero los malditos hijos de puta tienen miedo de que
pueda provocar otra rebelión, como si la mitad de Panem no estuviera haciendo
estrategias para volver a derrocarlos. Lo único que hago en este lugar es
quedarme en mi habitación o salir a los jardines con Seth, desde que llegamos
no hemos podido ir a montar y esta estúpida rutina me tiene harta. Unas pocas
veces he expresado mis pensamientos y mis deseos de venganza contra los dos
malditos que están a cargo del país, después de eso siempre he escuchado los
gritos de mi esposo y lo han mantenido unos días lejos de mí. Ahora no me
atrevo a hablar ni a hacer nada por miedo de que le hagan más daño a la persona
que más amo en este mundo.
He estado sumida en mis
pensamientos por horas, me doy cuenta de eso cuando mi amor se atreve a
zarandearme un poco, con bastante delicadeza.
—Hace ya varios días que nos comes
ni duermes ¿Necesitas ayuda, pequeña? Sabes que siempre voy a estar apoyándote.
—Lo sé, pero tengo miedo, estoy
segura de que algo grave esta por suceder.
— ¿Cómo qué?
—Ni idea—susurro mientras entierro
mi rostro en su cuello—. Solo quiero que todo termine de una vez, pase lo que
pase.
Seth acaricia mi cabello, con
movimientos nerviosos. Recuerdo que esta mañana volví a escucharlo gritar, me
extraña que me dejen verlo. Poco a poco me atrevo a observar su rostro. Me
quedo hechizada por sus ojos pardos, sin ser dueña de mi misma llevo mi mano
hasta su mejilla. No puedo evitar sonreír al darme cuenta de mi propio gesto.
El chico cierra los ojos en el momento en que rozo su rostro.
— ¿Qué te hicieron, Seth? —Susurro
preocupada— Escuché como gritabas.
—Nada, pequeña, todo está bien.
—Confía en mí, soy tu mujer después
de todo ¿no?
—Por esa razón no quiero
preocuparte.
—Ya lo hiciste, así que dime.
—Está bien, pero prométeme que no
vas a intentar matar a medio Panem—mi esposo abre los ojos y yo asiento, Seth
deja escapar un suspiro antes de continuar—, antes me hacían eso para
castigarte de alguna forma por lo que decías, pero ahora intentan evitar que yo
mismo organice mi propia rebelión—sonríe amargamente—. Me encierran en una habitación
y a veces me envían mutos de los que no sé nada, otras veces me inyectan algo
que me hace verte morir de mil formas distintas, al principio creí que era
veneno de rastrevispulas, pero es algo mucho peor. Con esa cosa pueden
controlar lo que pasa por mi mente, al igual que las cosas que veo, huelo y
siento. Todo parece tan real, hasta que ya no puedo más, entonces por fin se
detiene.
—No puedo creer que tu familia te
haga eso.
—Hace un tiempo yo tampoco habría creído
que mi padre podría lastimar a algunas persona y ya lo vez, consiguió
veinticinco niños muertos y el terror en todo el país.
—Quisiera poder acabar con todo
esto de una vez.
—Yo igual.
Seth se deja caer sobre nuestra
cama, puedo notar su agotamiento, su tristeza y su miedo. Apenas puede con todo
lo que está pasando, y yo no soy de mucha ayuda que digamos. Me acerco a mi
esposo lentamente y le aparto unos mechones de pelo de su frente, al hacerlo la
manga de mi blusa deja ver buena parte de mi brazo, lleno de nuevas cicatrices.
Seth no tarda un segundo en sujetar mi muñeca y examinar cada una de las nuevas
marcas, está decepcionado y el dolor decora su rostro. Me acerco para abrazarlo
pero él se pone de pie, apoya la cabeza en una pared e intenta respirar
normalmente.
—Te cortaste otra vez ¿Por qué,
Rue?
—Porque sabía que lo que sea que
te hubieran hecho había sido mi culpa, no puedo soportarlo.
— ¿Y te haces daño a ti misma?
Pequeña eso me duele mucho más que cualquier tortura.
— ¿Y lo que me duele a mí, Seth?
¿No te has preguntado todo lo que sufro cuando sé que te están lastimando?—vuelvo
a acercarme a mi marido, lo abrazo por la espalda— Es la única forma en que
puedo olvidar todo lo que siento, cada vez me alivia mas.
—No vuelvas a hacerlo, podría resultar
peor que cuando ganaste los juegos. Rue, si sigues con eso puedo perderte en
cualquier momento, no me pidas que soporte eso.
—No me voy a suicidar, mi amor.
—Pero podría pasar un accidente,
si algo te asusta o te distrae, si no mides cuan profundo es el corte podrías…
Escucho sollozos de parte del
chico que amo. Me situó entre su cuerpo y la pared y rodeo su cuello con mis
brazos. Intento calmarlo de todas las formas que se me ocurren, le prometo que
nada va a pasarme, lo acaricio, lo beso, le digo lo mucho que lo amo, pero nada
funciona. Poco a poco mi esposo se desliza hasta el piso, llevándome consigo.
Me doy cuenta de que él no se percata de
mi presencia, él no está conmigo. No hay nada que pueda indicármelo, excepto
por que mira al vacio y susurra cosas incoherentes. Intento devolverlo a la
realidad, lo beso, lo abrazo, suplico que vuelva conmigo, lo sacudo, grito pero
nada resulta. Finalmente me echo a llorar junto a él, abrazo a Seth y escondo
mi rostro en su estomago mientras las lagrimas recorren libremente mis mejillas.
Poco a poco los susurros de mi amor van disminuyendo hasta desaparecer. Lo
observo y me encuentro con su rostro relajado por los sueños. Levanto a duras
penas a mi mentor y lo recuesto en la cama para que pueda dormir en paz. Me
encanta verlo dormir, parece que no hay nada que le preocupe. Él ha pasado por
muchas cosas, más que yo, y las tres veces que lo he visto llorar, o casi, ha
sido por mi culpa. Por mi maldita culpa. Me prometo a mi misma que no volveré a
ser la causa de su dolor. Salgo de nuestra habitación y medio camino, medio
corro, hasta la cocina para prepararle unas galletas de chocolate. En cuanto
llego debo apoyarme en un mesón. La cabeza me da vueltas y mi visión se vuelve
borrosa. Vagamente soy consciente de que una mujer se me acerca e intenta
ayudarme. No puedo ver su rostro cuando ya he perdido la consciencia.
Como que perder la conciencia, ¡¿se puede saber que le pasa a Rue maldita sea?! En serio que intriga me has dejado y eres mala , ¿como haces a Rue cortarse y torturas a Seth? Pobres :'( . Te seguiré leyendo a la espera del siguiente capítulo ^_^
ResponderEliminarNo le pasa nada malo ¡Lo juro por el sinsajo! Rue va a estar mas que bien ¡Palabra de tributo!
ResponderEliminarLo se, soy mala. Vas a ser la primera en torturarme en cuanto se aclare todo, y, cuando termine la historia, vas a poder matarme.
Lo estoy escribiendo ahora mismo, en una horas lo tengo listo (aunque puede que lo publique en la mañana, estan a punto de quitarme el portatil para dormir ¡No tengo sueño, y las ideas no me van a dejar tranquila hasta que escriba!)