lunes, 23 de diciembre de 2013

Segunda parte: Capitulo 3- Trato hecho

¡Hola tributos! ¿Sorprendidos de tener un nuevo capitulo? pues como le dije a alguien Paula van a tener capitulo hoy, mañana y el 25 ¡Regalos de navidad! ¿Les gusta la idea?
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Un datito: Por los siguientes capitulos lo que mas van a ver seran problemas amorosos. Pero calma si son como yo. Que ya se viene la accion :D
bueno, no los aburro mas y les dejo el capitulo, como siempre espero con mucha ilusion sus comentarios.
Besos, panes quemados y azucarillos

Acaricio las orejitas de Alex mientras observo el mar ¿Cómo mi vida se pude venir abajo? ¿Cómo deje que personas importantes para mí murieran? ¿Cómo no me di cuenta de que atraparon a mis padres? Y lo más importante ¿Por qué no he hecho nada al respecto? Estoy dispuesta, si, daría mi vida por matar a Hades y a Coriolanus y a todas las personas que tuvieron que ver con lo que ha pasado. Pero algo me detiene aparte de estar vigilada por Finn, bueno desde ahora solo por él. Algo me impide que les haga daño pero ¿Qué? ¿Qué cosa en este mundo puede evitar que salve a mis padres? Me doy cuenta de que solo serian unas cuantas personas, capaces de hacerme algo así. Finn, mi hermano, el tío Gale, Debrah, Johanna, Haymitch, Annie, su esposo, Megan y, aunque no quiera admitirlo, Seth. Me doy cuenta de que ese último es la razón. Puede que no quiera admitirlo pero sé que está decepcionado y triste. También que, a pesar de todo, sigue queriendo a su padre y he visto como Finn ha soportado, a duras penas, la supuesta muerte del señor Odair. No podría dejar que Seth tuviera que pasar por eso. Porque lo quiero y necesito gritárselo a los cuatro vientos, pero no puedo. He decidido olvidarlo  si vuelvo a confesar mis sentimientos solo nos haré daño a Finn, a Seth y a mí.
Aunque… tal vez pueda ayudar a mis padres si hablo con Hades, tal vez pueda convencerlo de que los deje en paz si…si… ¿si qué? ¿Qué podría interesarle a alguien que quiere gobernar a Panem por el resto de su vida? Alguien con quien sembrar el miedo, evitar otra rebelión. Quitarles a los rebeldes toda esperanza. Mi madre ya no puede ser el símbolo, no podría aunque quisiera ¿En quién ven los rebeldes un símbolo? En ti. El recuerdo de una conversación con Seth me invade.
— ¿Por qué me tienen tan vigilada? No corro mayor peligro que cualquier otro ciudadano.
—Eres la que corre más peligro en esta guerra, pequeña.
— ¿Por qué?
—Sabes que tu madre ya no es capaz de ser un símbolo ¿cierto? —Asiento, algo confundida— Pues ahora los rebeldes te ven a ti como la esperanza, tú eres el nuevo Sinsajo.
—Pero yo no he hecho nada para merecer eso.
—Le cantaste sus verdades a mi padre, fuiste a la arena para proteger a más de una de las personas que te importan. Intentaste proteger a dos niños a costa de tu vida. Ibas a dejar que te matara alguien a quien odiabas cuando estabas a un paso de ganar ¿Qué más necesitas?
Si todo lo que me dijo Seth ese día era verdad. Tengo ante mí la solución a mi problema. El único inconveniente es ¿Cuándo podre hablar con Hades? ¿Cuándo podre ofrecerle que me haga lo que quiera a cambio de soltar a mis padres? Me tienen completamente vigilada. No tengo contactos en el Capitolio. Excepto por una persona. Pienso enseguida en Harry, hermano de Seth y novio de Megan. Hemos hablado con él varias veces y nos hemos vuelto grandes amigos, casi hermanos. Tal vez pueda ayudarme. Solo necesito hablar por teléfono con el unos minutos. Hoy Finnick y Annie van a salir y yo me quedaré con Finn. Si puedo dormirlo… ¡Claro! ¡Tengo morflina y píldoras para dormir en un botiquín de mi habitación! Bueno la que va a ser mi habitación desde ahora y hasta que vengan a por mí. Le puedo preparar un platillo y dejar que se disuelva una píldora en un vaso de agua. ¡Perfecto! Ahora solo espero que Harry no me delate.
Me pongo un vestido rojo sin mangas y que me llega hasta las rodillas. Dejo mi cabello suelto caer en ondas, con ligeros rizos en la parte delantera. Me calzo unos tacones de aguja del mismo color del vestido, por ultimo me aplico pintalabios rojo y me dirijo al comedor. Finn me espera sentado en la mesa, me fue difícil convencerlo de dejarme servirle la comida pero al final aceptó. Le preparé un trozo de carne poco hecho como le gusta a él. <<Y a Seth>>  Pienso con algo de tristeza por irme sin arreglar las cosas con él. Dejo la carne frente a Finn y voy por algo de zumo de naranja, donde vierto unas cuantas píldoras para dormir, las suficientes para que duerma por un par de días. Dejo el vaso junto a Finn y me siento en frente, como lentamente y charlo animadamente con él. Hasta que acaba su cena y bebe todo su zumo. Noto como le pesan los parpados, me acerco para acariciarle el cabello mientras se va durmiendo, apoyado solamente en la silla. Le dejo allí y me dirijo hasta el teléfono. Marco rápidamente el número de Harry y este contesta al tercer timbre.
— ¿Diga?
—Harry, soy Rue. Necesito tu ayuda.
—Lo que sea cuñadita.
—Bueno…después te tengo que decir algo sobre eso. Pero necesito hablar con tu padre, por favor no preguntes para que. Necesito que sea rápido y que no le digas a nadie.
—C-claro, pero ¿Qué pasa? ¿Meg y mi hermano…?
—Están bien, pero ¡Rápido por favor!
La voz de Harry desaparece y en unos minutos es sustituida por la de su padre. Respiro hondo. Decidida. Nada echara abajo mi decisión.
—Señor Snow ¿De qué sería capaz por poder torturar al que es ahora el símbolo de la rebelión?
—Rue, querida ¿De qué hablas?
—Sé que tiene a mis padres y sé que soy el nuevo Sinsajo. Si está dispuesto a dejarlos en paz y no volver a molestar a mi familia o amigos, y en especial no hacerle daño a su hijo Seth, dejaré que haga lo que quiera conmigo. Sería la forma más efectiva de echar abajo cualquier esperanza que Panem pudiera tener.
— ¿Puedo estar seguro de que cumplirás con el trato?
—Al igual que los Snow, las Mellark-Everdeen nunca rompen una promesa, menos si es por ayudar a quienes les importan ¿Trato hecho?
—Trato hecho, pasaré por ti en tres días. Te esperaré en el lugar en que hicimos nuestro último acuerdo. Suerte con las despedidas, querida.
Tras decir eso ultimo Hades cuelga el teléfono. Me siento más tranquila y puedo respirar con normalidad. Nadie que me importa va a volver a sufrir. Hades Snow no les hará nada. Estarán sanos y salvos, por fin. Las lágrimas de felicidad corren por mis mejillas. Me las limpio, cambio mi ropa por algo más cómodo, un pantalón azul oscuro y una sudadera de un tono que parece unir el celeste con el blanco, y salgo a dar un paseo por la aldea. No termino de bajar los escalones de la casa cuando una pequeña bola de pelos, mi cuadrúpedo confidente, se me acerca corriendo. Entre susurros le comento lo que voy a hacer y, como si me entendiera, me dedica un ladrido algo triste pero luego se recompone. Corro un poco por la aldea, dejando que Alex me persiga, hasta que tropiezo, en parte por una roca y en parte por los tacones, que curiosamente no me he quitado, y caigo al piso. Me rio mientras acaricio al perrito hasta que veo una sombra acercarse. Pronto descubro a Seth, quien intenta sonreírme en cuanto me ve. El perrito se arroja a sus brazos y le ladra con algo de tristeza, como si intentara acusarme de lo que voy a hacer, pequeña bola de pelos inteligente y adorable…
—Ya sé que está en el piso, si me dejaras la ayudaría.
Dicho esto el perrito salta al piso y Seth me extiende una mano, vacilante. Intenta no mirarme a los ojos, solo me ayuda a levantarme. En cuanto estoy de pie tarda un par de segundos en soltar mi mano. Con solo ese gesto el corazón se me rompe en mil pedazos, mas lagrimas corren por mis mejillas. Por las estupideces por las que estoy llorando ahora, están a punto de capturarme y torturarme y lloro por problemas amorosos. Menuda chica ruda estas hecha, Rue. Al final Seth me suelta y se da la vuelta, preparado para volver por donde vino. Tengo que arreglar las cosas antes de irme. No puedo dejar que esto se quede así.
—Seth…No te vayas, por favor.
— ¿Quieres volver a insultarme? Porque, si te soy sincero, me lo tengo bien merecido—Me vuelve a mirar con los ojos cristalizados. Como después de nuestra discusión.
—No, no. Es solo que… —las lágrimas vuelven a recorrer libremente mis mejillas, como si estuvieran en una carrera— De verdad lo siento, por favor perdóname por todo lo que te he hecho, y por lo que voy a hacer.
— ¿A-a que te refieres pequeña?
—Me conoces tan bien que debes saber de lo que hablo, por favor no me odies por lo que voy a hacer.
—Sin importar lo que sea, nunca podré odiarte.
—Y Seth… No te rindas en esto del amor, sigue buscando, sé que una chica podrá hacerte feliz. No como yo.

Dicho esto salgo corriendo en dirección a la casa de Finnick y Annie. Mientras me alejo escucho como Seth grita que no buscará a nadie más y que me ama. Corro hasta mi habitación, cierro la puerta con llave y me echo a llorar en el piso. Él, mejor dicho ellos, tienen que encontrar a alguien que no les haga tanto daño como yo. Alguien que pueda hacerlos felices, que los ayude a superar todos los problemas que les pueda ocasionar esta maldita guerra. Cada uno necesita encontrar una chica que lo cuide por el resto de su vida. Que no lo lastime ni la mitad de lo que yo los he lastimado.

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